El alejamiento de Mauricio Guzman de la presidencia del Ente de Cultura provocó un cimbronazo informativo. Fue el tema del día ayer y continuó hoy con una catarata de versiones y trascendidos. La danza de aspirantes al cargo sigue, ajena a la agenda pública del Gobernador. A Juan Manzur le sobra el tiempo para tomar una decisión, sobre todo porque la conducción del Ente quedará en manos del vicepresidente –Martín Ruiz Torres- y hasta octubre la programación está definida. La próxima semana se inaugurará en la sala Lola Mora del Ente (San Martín 251) una muestra conmemorativa del Holocausto, y poco después se desarrollarán las instancias finales del Concurso Internacional de Piano. La vida cultural sigue en las usinas oficiales.
Claro que un despacho vacante es una tentación para las mesas de arena de la política. A los candidatos que surgieron el miércoles van sumándose nombres. Uno de ellos es Coqui Sosa, quien alterna los escenarios con la gestión: además de músico es director de Cultura de la Municipalidad de Bella Vista. En su carácter de embajador cultural de la Marca Tucumán, el sobrino de Mercedes Sosa acompañó a Manzur en la gira por Israel. La relación que los une es por demás cordial. En el potencial equipo de trabajo aparece el abogado Juan Grande, director de la Diplomatura en Gestión Cultural de la Universidad de San Pablo-T y cercano a Carolina Vargas Aignasse.
Hay más agregados a la lista que circuló el miércoles e incluyó, entre otros, a Claudia Epstein y Marcos Acevedo. Habrá que ver, por ejemplo, cuál será el futuro de Juan Pablo Lichtmajer. Al ministro de Educación no le alcanzaron los votos para hacer pie en la Legislatura y tal vez le interese un desafío como el que propone el Ente. Por el lado del PJ, que también aporta postulantes, se habló de Jaime Mamaní, secretario general de la Asociación Argentina de Actores (filial Tucumán).
Más allá de los nombres, lo que va perfilándose son nuevos modelos de entender, generar y apuntalar el quehacer cultural. El proyecto del futuro Ente –sus objetivos, su funcionamiento- es lo que deberá definir el Gobernador: si mantiene el actual estilo u opta por otra clase de inserción en la sociedad. Después será cuestión de llenar los casilleros.